15 de abril de 2015

De vuelta a los orígenes (y una sugerencia literaria)


 ¡Hola, compis aprendices!

Hoy quiero contaros una anécdota. Estos días estoy bastante sensiblona: ¡se acerca el día del Libro y con él el final de alaluzdelflexo.blogspot.com! Como esta es la última página de Mi cuaderno, quería escribir un relato con mucho mensaje, algo especial. Me puse manos a la obra y, partiendo de una idea muy buena (creo), llené tres páginas. Pensaba que sería uno de mis mejores relatos. ¿Y el resultado? Una gran caquita del whatsapp (:P).
Este fin de semana cuando lo terminé de escribir pensaba que era buenísimo. Llevaba semanas con la idea principal en la cabeza (quería jugar con la posibilidad de que Cupido pudiera tener un gemelo bastante desgraciado -digo... travieso-). Incluso había escrito una versión resumida que me gustaba. Pero claro, como estaba tan sensible por ser el último relato no me salió más que una ñoñada tras otra, así que cuando ayer me puse a CORREGIR y leí lo que en realidad había escrito supe que no era buen relato.
¿Y qué se puede sacar de esto? CORREGID. Hay una diferencia entre una persona que escribe y un escritor: la persona que escribe llena folios de letras; el escritor escribe, deja reposar y corrige hasta la saciedad.
Esto es algo que quiero incorporar a mis próximos proyectos. Confieso que yo no corrijo hasta la saciedad siempre. Pero sé que debería. Sí, las prisas, el tiempo, pensar que está perfecto nada más teclear el texto... Hay razones por las que no corregir, pero yo creo que hay que intentar ser humilde y responsable con la literatura. Probablemente no nos salga un Nobel a la primera (puede que nunca, hay que admitirlo), por eso hay que tratar de separarse del texto durante un tiempo proporcional a su extensión para, después de haber sacado a pasear al artista creador, dejemos espacio para el crítico objetivo. Son nuestros dos ayudantes y cada uno tiene su momento.

NOTA IMPORTANTE: primero el artista, luego el crítico. De la misma manera que hay que dejar espacio para el crítico después, no hay que dejarlo aparecer durante el proceso de escritura (se puede convertir en uno de los mejores agentes del bloqueo literario si se lo saca antes de tiempo).

Todo esto me ha recordado al primer relato que presenté a un concurso en mi instituto cuando tenía 12 años. Era de misterio y -espero- tenía gancho, pero he de confesar que me vi obligada a terminarlo con un final abierto porque ¡ni yo misma sabía cómo acababa! Si hubiese sacado a la pequeña crítica, lo habría visto enseguida. Justo después de presentarlo me di cuenta de que no estaba bien escrito porque por no saber, no sabía ni quién era el asesino, pero ya era tarde para retirarlo. Curiosamente, al parecer lo supe disimular bien porque quedé entre los primeros puestos, y para mí este relato siempre va a estar entre los primeros puestos de todo lo que yo escriba. No porque sea de los mejores que he escrito, sino por todo lo que aprendí de él. Fue entonces cuando me di cuenta de la importancia del crítico.
Por todo esto que me ha pasado y que me ha hecho echar la vista atrás, he querido compartir con vosotros este consejo literario. Yo no sé si tendré razón. Probablemente no. Cada uno tiene sus métodos, sobre todo en el arte (¿qué sería del arte si le ponemos cadenas?), así que hoy simplemente os cuento lo que a mí me funciona y espero que os ayude si sois escritores (o incluso productores de cualquier otro producto del arte en general: pintores, dramaturgos, directores de cine...). De hecho, he de confesar que yo misma me salto mis propias normas y métodos a veces -la semana pasada sin ir más lejos tuve que sacar a la crítica antes de tiempo para poder seguir con la creadora-.
Ya que estoy nostálgica os dejo a vuestra disposición un fragmento de ese primer relato del que tanto aprendí tal como lo escribí, y aprovecho para darle las gracias a esa niña de 12 años que un día se animó a escribir porque gracias a ella me picó el gusanillo. Espero que os sirva esta página de Mi cuaderno que ha sido algo diferente. Volver a los orígenes me ha parecido un buen final (aunque aún queda hasta el 23, ¿eh?) :)


-Solo los cadáveres soportan el ruido-

Pedro era un chaval de pueblo, un chaval típico de pueblo. No acostumbraba a meterse en líos, pero, de vez en cuando, se peleaba con otro muchacho que le sacaba de quicio. Ese otro chico se llamaba Miguel, y era un auténtico gamberro; se peleaba con otros chicos, era el tormento del profesorado y, además, cuando le tomaba manía a alguien como Pedro, no lo dejaba en paz hasta que conseguía su objetivo, sacarle de sus casillas. Esos dos chicos eran como los diferentes polos de varios imanes, se atraían, pero, una vez que estaban juntos no tenían el mismo efecto que el de los imanes.
Estos dos chavales vivían en un pequeño pueblo habitado por unas personas generalmente tranquilas y amables. El pueblo estaba en algún remoto lugar perdido entre la gran extensión de una montaña española.
Una noche en la que el silencio y la oscuridad reinaba en el pueblo, se oyó al abuelo de Miguel gritando en su casa, y además, un sonido infernal que hizo que todos los habitantes se llevaran las manos a las orejas intentando no oír, o por lo menos, suavizar el sonido. Miguel, impulsado por el amor que le unía a él y a su abuelo, se armó de valor y fue corriendo a ayudar a su querido abuelo. Para cuando llegó, era tarde, su abuelo había muerto.

(…)

En cuanto al caso de los abuelos sin resolver del todo, Pedro no le dio más vueltas porque pensó que pasarse la vida intentando resolver lo imposible, no era una vida, y tenía razón; pero Miguel, se pasó la mayor parte de su vida intentando descifrar el misterio hasta que se dio cuenta que hay cosas en la vida que es mejor no saber, pues no se le puede dar a un botón con el que borrar la verdad, que en algunos casos es mejor no conocer.
¿Sería este uno de esos casos? Nada ni nadie lo sabrá jamás, puede ser que la verdad fuese la esperada por las personas que hayan leído este relato, o no.
Fin


Y como veis, me quedé a gustico con el final :P Supongo que al jurado le resultaría gracioso xD


4 comentarios:

  1. ¿Cómo que el final del blog? ¿Por qué? ¿Me he perdido algún capítulo? :(

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola, María!
      ¡Qué alegría que te pases por aquí! En la entrada "de aprendiz a aprendiz" explicaba que era un reto de un añito: «Desde hoy y hasta el 23 de abril de 2015 pretendo desarrollar las siguientes secciones para acercarme a mi objetivo».
      ¡Parece mentira que ya haya pasado casi un año! La verdad es que me da pena. Pero bueno, estoy muy contenta por haber cumplido el calendario y con cómo ha salido :D
      Las próximas ya serán la última cita, la última palabra y la despedida el 23 :'( ¡Te espero por aquí! :) ¡Un abrazo!

      Eliminar
  2. ¡Una pena que lo dejes! Pues, al parecer, me perdí ese capítulo :( Acabo de leer la última entrada y me da mucha penita, pero entiendo que sea un proyecto así. Espero ver nuevas ideas tuyas pronto. ¡Estaré atenta! <3

    PD: Me ha encantado ver uno de mis comentarios en la entrada :')

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por haber seguido el blog, María. ¡Cómo no iba a poner uno de tus comentarios! ;D Ya estoy metida en nuevos proyectos... Esperemos que todo salga bien y que algún día puedas verlos; ya te iré contando ;) Un abrazo!

      Eliminar

¡Anímate a comentar! Responderé lo antes posible :)